El cantar de los cantares

1.1 “Shir HaShirím Hasher Lishlomó”

 

“Cantar de los Cantares de Shelomó.”

 

 

En Breve:

 

Este primer versículo nos presenta el objeto y el sentido de la obra, que es el Cantar de los Cantares del rey Shelomó.

 

Profundizando:

 

Preguntan los Jajamim: ¿Por qué está escrito, Cantar de los Cantares? ¿Podía haber dicho, la canción de Shelomó o las canciones que compuso el rey Shelomó? El motivo que nos dan los Jajamim es porque no se trata de una sola canción, sino se compone de dos que se fusionan en una. Y se puede ejemplificar con una parábola:

 

Había un poderoso rey que en una ocasión sorprendió a la reina cometiendo un acto que le provocó tanta cólera que se apartó de ella. Tenían un hijo al cual amaban y él, al ver la triste situación buscó reconciliarlos. Había pasado mucho tiempo y un día, se acercó a su padre y entre charlas, recordó los felices momentos de cuando estaban todos reunidos en familia. Por la expresión de su rostro y de sus fervientes palabras, indujo que aun extrañaba a la reina, por lo que decidió que podría reconciliarlos. Fue con la reina y obtuvo el mismo resultado. ¿Qué hizo? Escribió las expresiones de adulación y añoranza que el rey había expresado en favor de la reina. Terminando hizo lo mismo con los comentarios que había dicho su madre, juntó ambos argumentos y compuso una encantadora canción y con esto consiguió su objetivo, se unieron de nuevo para siempre….

 

Shelomó HaMélej presagió que el Am Israel tendría que salir al exilio y vivir como una viuda, errando entre todas las naciones, este es uno de los escenarios donde se sitúa el Shir HaShirim.[1] Shelomó profetizó la forma en la que Hashem, a pesar de que su amada Israel le sería infiel, Él nunca perdería su amor por ella, el recuerdo de la época gloriosa donde habitaron juntos durante la travesía en el desierto, la construcción del Bet Hamikdash cuando se erguía en su esplendor, esto despertaría la añoranza por su amada, la protegería durante todo el proceso del exilio hasta su redención.

 

Por el otro lado, Israel cuando se percata de su terrible equivocación también recuerda aquellos años felices y desea volver a vivirlos, pero debido a la vergüenza y el largo exilio, se siente desamparada y desea estar al lado de su amado, pero no sabe cómo hacerlo. Entonces llega el rey Shelomó y junta las manifestaciones de amor de cada una de las partes y compone el Shir HaShirim que es la máxima expresión de amor y reconciliación entre Hashem e Israel.[2]

 

Enseñanza ética:

 

Dijeron los Jajamim: No hubo un día más benéfico para el Am Israel como el día en el que se entregó el Shir HaShirim.[3] ¿Acaso no tuvo días gloriosos como por ejemplo cuando se entregó la Torá? ¿Qué novedad trajo este cántico? Explican los Jajamim, el motivo es porque antaño la gente pensaba que la única manera de poder llegar a apegarse espiritualmente a Hashem, era por medio de la práctica de una vida austera y de reflexión profunda y constante, lo cual motiva el camino del temor y respeto al Creador. Los textos sagrados mostraban hasta entonces alabanzas y reconocimiento a los favores que Hashem prodiga al universo, hasta que llegó Shelomó HaMélej mostró al mundo que por medio del canto se puede conseguir una manifestación del deseo tan profundo de amar al Creador, que es la finalidad de la vida de todo ser humano.[4] Ese camino es más sublime que los otros que se mencionaron. Esta segunda parábola nos ilustra acerca de la santidad que emana del Shir HaShirim:

 

Un campesino que trabajaba arduamente en un molino llego un día a la gran ciudad. De pronto, se detiene frente a una relojería y se pone a observar. Al acercarse oye la suave y dulce melodía de un reloj musical; entra al local y pregunta acerca del origen de aquella música, el vendedor le explica que proviene de un reloj despertador. Pregunta el campesino: “¿Y por qué no “canta” todo el tiempo?”. El empleado le responde: “este dispositivo posee un mecanismo en su interior y sirve para despertar a su dueño en la hora programada”. El campesino se siente tan atraído hacía esa maravilla, que saca de su bolsillo el dinero que traía, lo muestra al relojero y le dice convencido: ¡quiero comprarlo! El relojero lo mira de arriba hacia abajo y le pregunta: “¿Y cuál es tu ocupación?”, “trabajo en un molino” fue su respuesta. Entonces el hombre le aconseja: “primero fíjate si realmente te sirve, su sonido es tan suave y dulce que no creo que lo alcances a escuchar debido al ruido que hay en tu casa”, el hombre de campo responde con simpleza y sencillez: “Si, es verdad que el ruido del molino es muy estridente, pero a ese sonido mi oído ya está acostumbrado, en cambio la melodía del reloj, que es tan nueva y atractiva para mí, seguro que la disfrutaré en cada despertar…”.[5]

 

El Cantar de los Cantares despierta en el Am Israel sentimientos vehementes de amor hacia el Creador. Dijo Rabí Akibá: Todos los cantos son sagrados, más el Shir HaShirim es sumamente sagrado.[6] Entre lo sagrado y lo profano hay una brecha muy grande, y esta distancia es la misma que hay entre lo sagrado y lo sumamente sagrado. Este cántico sólo puede ser entendido a través de la posesión de conocimientos más sutiles; describe el ardiente amor entre dos enamorados que buscan sellar su pacto en la santidad del matrimonio. Todo el que se limita a leer solamente los versos sin la debida preparación, analizando al mismo tiempo la interpretación de los exégetas está desmereciendo este texto sagrado, tropezará y encontrará en sus líneas frases líricas triviales y hasta profanas.[7] Preguntan los Jajamim: ¿Por qué escogió Shelomó HaMélej este tema en el cual, el lector puede errar en su interpretación y considerarlo un simple poema pasional entre dos enamorados?

 

Rabí Akiva derramaba sendas lágrimas de profunda emoción mientras recitaba el Shir HaShirim.[8] Solamente aquel que entiende el significado profundo del amor en el judaísmo, comprenderá la extraordinaria manifestación del apego que profesa el Creador por la congregación de Israel y viceversa. Shelomó HaMélej utilizó como metáfora el tema del amor, que es la más íntima de las relaciones humanas. La Divina Providencia se personifica a través del pastor o el rey y la congregación de Israel, se refleja en la joven adorada. El amor es el sentimiento más profundo que un ser puede manifestar hacia otra persona; es la más clara representación de identidad, donde uno se vincula con el otro y se sienten plenos de dar y recibir. La relación entre un hombre con su esposa es la máxima manifestación física de un elemento espiritual. La única forma de poder lograr el sentimiento más profundo del acercamiento espiritual hacia el Creador es por medio del amor, y la forma más práctica para conseguirlo es por medio del canto, por esto el Shir HaShirim es idóneo para conseguir el objetivo que es apegarse a Él. ©Musarito semanal

 

 

 

 

“Sirve al Todopoderoso con alegría; preséntate ante Él con canciones.””.[9]

 

 

 

 

 

 

[1] Rashí

 

[2] Rab Jaim ben Atar; Or HaJaim HaKadosh

 

[3] Rashí

 

[4] Rabi Aba Grosbard: Agadat Ponevich

 

[5] El Admur de Modzich, autor del “Dibre Israel”.

 

[6] Yadaim 3:5

 

[7] No se trata sólo de entender la interpretación literal y la lógica gramatical. La Torá habló en el lenguaje de los hombres, (Berajot 31b, Kidushín 17b) para que todos puedan entenderla, pero se requiere de la interpretación de los exégetas, debido a que hay un elemento Divino en cada letra y letra.

 

[8] Ture Zahab Shulján Aruj cap. 288 inc. 2

 

[9] Orjot Tzadikim; El portón del amor.

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

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