Sucot

 

“Y te alegrarás en tu fiesta". (Debarim 16:14).

 

En "Sucot" tomamos cuatro especies (Arbaat Haminim) que son, el "Etrog" (la fruta cítrica), el "Lulab" (la rama de la palmera), los "Hadasim" (las ramas de mirto), y las "Arabot" (ramas del sauce). Primero atamos los Hadasim y las Arabot al Lulab, (los nudos que se usan para unirlos deben estar hechos del mismo material, por lo que se toman algunas hojas del mismo "Lulab"), y las asimos con la mano derecha (si es diestro), la Shidrá (espina central del Lulab) debe estar frente a la persona que lo está agarrando, en la izquierda tomamos el Etrog y así juntamos las cuatro especies. Se recita la bendición de “Al Netilat Lulab” (por asir el Lulav). Cuando las Cuatro Especies son tomadas por primera vez, la Berajá es seguida por Sheejeyanu (que nos mantuviste con vida),  ésta se dice solamente el primer día,  en los días subsiguientes se recita sólo la primera Bendición. La Mitzvá de las Cuatro Especies debe ser realizada durante el día, es decir, entre la salida y la puesta del sol. Si es necesario, uno puede tomar las especies antes del Netz (salida del sol) y después de Alot HaShajar (el alba). Si uno no pudo tomar las especies en la mañana, puede hacerlo durante el día hasta la puesta del sol. Durante la semana de Sucot, las Cuatro Especies pueden ser utilizadas sólo con el propósito de la Mitzvá. En Shabat no se puede alzar el Lulab porque es Muksé.

 

En los primeros días de Sucot, uno debe ser legalmente propietario de las cuatro especies. Uno puede “regalar” las especies a su amigo en Yom Tob para permitirle cumplir la Mitzvá y puede estipular que el regalo debe ser devuelto. Pedir prestadas las cuatro especies es insuficiente. Aun cuando son compradas en sociedad, se debe estipular que cada socio adquirirá todas para él en el momento en las que las tome para cumplir con la Mitzvá. Si uno deja que un niño utilice su Etrog, es mejor que todos los que están obligados lo tomen primero ya que los niños pueden adquirir una propiedad pero no pueden transferirla.

 

Como la bendición debe preceder inmediatamente a la realización de la Mitzvá, uno debe alzar las cuatro especies con el Etrog al revés, pronunciar la bendición y luego poner el Etrog derecho (en la forma en la que crece, con el ápice hacia arriba). La Berajá se pronuncia de pie. Toma las cuatro especies y las mueve de un lado a otro, de acuerdo a la costumbre de cada uno, tres veces en dirección de cada uno de los cuatro puntos cardinales y hacia arriba y hacia abajo, estos movimientos se conocen como ("Naanuim"), con ello expresamos nuestra fe en la total Presencia Divina. Como está escrito: lo aleja y acerca para aquel, a quien pertenecen los cuatro vientos, arriba y abajo para, Aquel a quien le pertenecen los Cielos y la Tierra. Otra razón es que la fiesta de "Sucot" marca, el tiempo de juicio por las lluvias y el rocío, todas estas cuatro especies requieren un exceso de agua para su crecimiento, por eso al agitarlas hacia todas las direcciones, pedimos a Hashem, Quien proporciona sustento a toda su creación con bondad, y decimos ante Él, así como estas cuatro especies no pueden existir sin el riego debido, asimismo todo el mundo requiere del agua. Al igual rezamos por los vientos, que estos sean únicamente para bendición. Estos movimientos se realizan también mientras pronunciamos el Halel (oración de alabanzas y cánticos), cuando se dice “Hodú LaHashem” (Alabemos al Señor porque es bondadoso), y al decir: “Ana Hashem Hoshiá Ná (dos veces) "por favor Hashem sálvanos". Se reparten las palabras de manera tal que se agite hacia una dirección con cada palabra (al decir el nombre de Hashem, no se agita el Lulab).

 

Las mujeres están exentas de esta Mitzvá.

 

Debe procurar que no haya ninguna separación entre sus manos y las Cuatro Especies.

 

Las cuatro especies, simbolizan diferentes partes principales del cuerpo humano. El Lulab, la columna vertebral, los Hadasim (mirto) representan a los ojos (como es aparente en la forma de las hojas), las Aravot (sauce) señalan hacia la boca (imitando la imagen de esta) y el "Etrog" (fruta cítrica) simboliza el corazón.

 

La alegria de los "Arbaat haminim"

 

Nos ordena la Torá; "y tomareis en el primer día la fruta del árbol hermoso, ramos de palmeras, ramas de sauce y de mirto y os alegraréis ante D--i por siete días" (Levítico 23).

 

¿Cuál es el origen y la razón de esta alegría? Uno de los más conocidos simbolismos de los cuatro "Minim" es el presentado en el Midrash "así como el "Etrog" tiene un buen sabor y una agradable fragancia, de igual manera existen en el pueblo de Israel hombres justos que estudian la Torá y practican buenas acciones.

 

Tal como el ramo de la palmera, cuyo fruto, el dátil, tiene buen sabor, pero carece de aroma, así existen hombres que han estudiado la Torá, pero no practican lo que han aprendido con perfección.

 

De la forma como el mirto tiene un agradable aroma pero es insípido, así existen hombres de buenas acciones que no poseen instrucción.

 

Empero, como el sauce que no es comestible ni tampoco despide fragancia, así son aquellos hombres que no han estudiado ni tampoco realizan buenos actos", estos cuatro grupos representan los diferentes tipos y corrientes que en su conjunto conforman nuestra nación. Sin embargo, la clave del éxito y la sobrevivencia del pueblo, depende de la unidad y el consenso de todos sus diversos componentes. La fiesta de "Sucot" llamada también "la fiesta de la recolección", no únicamente se relaciona y refiere a la recolección de los frutos de los árboles, sino a algo que más trasciende, la reunión de todos los grupos y corrientes de nuestro pueblo y su unificación.

 

Al igual la "Suca" es un precepto singular en el cual teóricamente, todo el pueblo puede cumplir la misma "Mitzva" en una misma "Suca", en conjunto y al mismo tiempo. Y es esta unidad, que representamos al tomar las cuatro especies en conjunto, el origen y la razón del regocijo de "Sucot", recordándonos el versículo "Qué bueno y agradable es la estancia de los hermanos en la unión".[1]©Musarito semanal

 

“La alegría comienza en el mismo momento en que dejas de buscar tu propia felicidad y procuras la de otros”.

 

 

 

[1] Rabino Abraham Bartfeld

 

[2] Musar HaTorá, pág. 63

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

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