El cantar de los cantares

2.4 “Hebiani El Bet Hayayin, Vedigló 'Alay Ahabá”.

 

 

“Me trajo a la casa del vino, y Su bandera sobre mí es amor”

 

En Breve:

 

Expresa Israel: “Ansío que mi Creador me traiga a la casa del vino[1] (el Monte Sinaí o el Bet HaMikdash) para deleitarme allí con Su Presencia, pues los que lo atestiguaron podrán aseverar y difundir el amor que Él tiene hacia mí. El hecho de que Él haya cambiado Su morada sólo para estar cerca de mí es la manifestación más clara de que Él me ama”. La congregación de Israel utilizó una bandera como alegoría (ya que es una insignia que representa y señala algo), expresando el privilegio que siente por haber sido elegida por el Creador.[2]

Profundizando:

 

Él me ha traído a la casa del vino. Esta bebida es comparada con la Torá.[3] El Creador nos llevó a la tienda del Encuentro donde se indagaba y donde se exponían los detalles y explicaciones de la Torá.[4] La casa del vino, se refiere al Bet HaMikdash ya que allí, sobre el altar se ofrecía la libación de vino.[5] De acuerdo con el Midrash, la casa del vino, se refiere al Monte Sinaí, el lugar que el Todopoderoso preparó desde la creación para entregar la Torá al 'Am Israel, y así como el vino se almacena en una cava para conservarlo en un estado óptimo, la Torá sólo se conserva mientras se encuentre en manos de Israel.[6] El Rey David dijo: Son muy amplias tus Mitzvot,[7] el Creador nos entregó seiscientas trece Mitzvot, esa es Su bandera y la estableció sobre Israel y ellos la recibieron con amor, a partir de entonces, se comprometieron a cumplirla con diligencia. Ellos saben que estas Mitzvot son justas y precisas, tienen la medida exacta y cuando corresponde ampliar no se debe resumir porque, así como una madre alimenta a su hijo con abundancia, sin mezquindad, cuidando que quede satisfecho incluso más de lo necesario, de la misma forma el Todopoderoso nos concede su cariño y amor con generosidad sin ahorrar en palabras o en ordenanzas.

 

Cabe mencionar que el valor numérico de la palabra Yayin (vino) suma 70, el Todopoderoso creo setenta naciones, y de entre todas no encontró una que amó como a Israel, y por eso dice: Su bandera sobre mí es el amor. Esto se compara a un hombre rico que poseía una cava surtida con los mejores y más selectos vinos. Un día entra a su bodega y percibe un fuerte olor a vinagre, advierte de inmediato que sus valiosos vinos se habían descompuesto. De repente, encuentra un barril que conservaba un buen vino. Dijo: este vino es ahora el más valioso de toda la cava…[8]-[9]

 

 

 

Enseñanza ética:

 

Habló Moshé y los sacerdotes de la tribu de Levi a todo el pueblo de Israel diciendo: Presta atención y escucha Israel: Este día te has convertido en una nación…[10] Quiere decir: Este día, en el cual has aceptado mediante juramento cumplir con la Torá, te has convertido en una nación. La nacionalidad de nuestro pueblo no comenzó cuando recibimos la tierra de Israel, ni cuando tuvimos una lengua propia, sino, precisamente, en el momento que aceptamos el yugo de la Torá, incluso que todavía estábamos en el desierto, sin una tierra, y sin medios naturales para subsistir como pueblo. Esa es la particularidad de nuestra estirpe…[11]

 

El Gaón Rabbí Yejezkel Abramsky fue acusado una vez por la policía secreta rusa con el cargo de traición al reino. Con estas palabras rondando en las oficinas de la policía, los oficiales recibieron la orden de ir a su casa para apresarlo y realizar un interrogatorio. Cuando le hicieron todas las preguntas, el Rab argumentó que todas las acusaciones eran absolutamente falsas, “y yo sé que no traicioné a ningún gobierno y no cometí ninguna falta”. Los policías trataron de convencerlo para que confiese, aunque sea, que algunas de las acusaciones tenían fundamento, y que, de esa forma, al confesar, verían su buena voluntad y le reducirían la condena.

 

Pero todos los intentos eran en vano, el Rab negaba rotundamente todas las acusaciones diciendo: Ustedes me piden que mienta y reconozca cosas que no hice, si yo aceptara sus denuncias, estaría negando una Ley escrita explícitamente en la Torá que el Santo Bendito sea Su Nombre nos dio en el Monte Sinaí… El interrogador que estaba sentado frente al Rab comenzó a ponerse nervioso, levantó la voz y lo amenazó diciéndole que si no confesaba su delito el final sería mucho más amargo. No logró convencerlo, al punto que el Rab dijo mientras señalaba su corazón: si quieren dispararme, adelante…

 

El oficial interrogante no iba a dejarse dominar por un yehudí, levantó la voz mucho más, gritando de forma que podía asustar a cualquiera. Sin embargo, el Rab Abramsky se mantenía sereno y con tranquilidad le respondió: “usted no me da miedo, y tampoco me dan miedo sus gritos. Yo ya escuché gritos mucho más poderosos, y tampoco tuve miedo… El oficial estaba asombrado: ¿Dónde escuchaste gritos más fuertes que los míos? Y el Rab respondió: en el Monte Sinaí, allí el Todopoderoso nos entregó la Tora…El oficial quedó boquiabierto y no sabía qué hacer, no estaba preparado para reaccionar ante una respuesta de este tipo, y… finalmente decidió liberar al Rab.

 

Todo aquel que pertenece a la congregación de Israel tiene una función específica, tiene la obligación de estudiar Torá y cumplir las Mitzvot que el Creador ordenó en el Monte Sinaí. ¿Hasta dónde? ¿Cuáles son los limites?

 

Relataron sobre el honorable y sagrado Amur Rabbí Yoel de Satmer, en una ocasión, un sanguinario general nazi, intentó cortarle la barba. El Tzadik puso su mano sobre su cara y les dijo con aplomo: “¡Si piensan cortar, deberán comenzar por la mano…!”, los malvados nazis quedaron tan sorprendidos de la firmeza del Tzadik que decidieron dejarlo en paz.[12]

 

Hay personas que suelen argumentar: Si a mí no me nace cumplir con lo que está escrito en la Torá, ¿no se considera que estoy realizando un acto hipócrita…? Esta pregunta la formulan los Sabios en el Talmud y la responden de la siguiente manera: La persona debe ocuparse en la Torá y las Mitzvot aun si no lo hace Leshém Shamaím (con intención sagrada), porque al final de cuentas llegará a hacerlo en forma deliberada.[13] El Talmud explica que a esto se refiere a la casa del vino; Al principio, la persona cumple las Mitzvot de la Torá como aquél amante del vino que lo bebe por antojo, quiere decir sin intención sagrada, pero después de una vez que su paladar se acostumbra a su dulce sabor, se ocupará de ella de día y noche e inclusive va a estar dispuesto a entregar su propia vida en aras del Creador: Su bandera sobre mí es Su amor. ©Musarito semanal

 

 

 

“Al fin y al cabo, cuando ya se consideró todo, al Eterno hay que temer y a sus Mitzvot hay que cuidar. Pues ésa es toda la obligación de la persona”.[14]

 

 

 

 

 

 

 

[1] Se refiere a un lugar donde se almacena y se conserva el vino

 

[2] Metzudat David

 

[3] Ver Capítulo 1:4

 

[4] Ra”shí

 

[5] Ibn Ezra

 

[6] Ver Talmud Sofrim 16:6

 

[7] רְחָבָה מִצְוָתְךָ מְאֹד Son muy amplias tus Mitzvot; Tehilím 119:96

 

[8] Midrash Tanjumá, Perashá Bemidbar 10

 

[9] Ver comentario en los versículos 1:9 y 2:2

 

[10] Debarim 27:9

 

[11] Rab Shimshon Rafael Hirsch

 

[12] Ambos relatos fueron extraídos de la revista Pajad David, Perashat Bamidbar; Rab David Pinto

 

[13] Pesajim 50b

 

[14] Kohélet 12:13

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

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