Perek 4, Mishná 18, continuación…

 

 

Rabí Shimón Ben Elazar dice: “No trates de apaciguar a tu amigo durante su hora de ira, no lo consueles en la hora en que su difunto aún yace frente a él, no lo cuestiones en la hora que hace un voto, y no te esfuerces en verlo en la hora de su degradación”.

 

Rabí Shimón Ben Elazar insta en esta Mishná a ser empático con nuestro prójimo. La buena intención de ayudar a los demás, no es el único ingrediente necesario para lograr este objetivo, no es sólo hacer, sino saber cómo y cuándo llevarlo a cabo. Por ejemplo: si por equivocación hiciste enojar a una persona, es muy adecuado pedirle una disculpa, pero hacerlo mientras se encuentra en el momento culminante de su furia, todo lo que le puedas argumentar, solo añadirá más leña al fuego, lo recomendable es esperar a que pase el furor, y entonces proceder a apaciguar su enojo.

 

Lo mismo sucede cuando uno desea consolar a un deudo en la hora en que su difunto yace frente a él. Pues a la hora de la destrucción del Bet HaMikdash, el Todopoderoso estaba [alegóricamente hablando] en duelo; y cuando los ángeles ministeriales quisieron consolarlo, el Espíritu Divino les respondió: “No se esfuercen en consolarme”.[1] Reconfortar a una persona que se encuentra de duelo, es una Mitzvá, pero de nuevo, hay que saber cuándo y cómo hacerlo. Palabras adecuadas pueden consolar, reconfortar, inspirar, motivar, elevar. Palabras fuera de lugar pueden crear sentimientos de dolor, tensión y enojo. Cuando uno pierde a un ser amado, está aturdido y desconsolado, en ese momento no le sirve palabra alguna, puede que lo único que consiga, aquel bien intencionado hombre, es aumentar su padecimiento, lo que él necesita en el momento en el que “su muerto yace ante él”, es dejar que su pena y su tristeza manen y broten desde lo más profundo de su ser. Y contrario al mito popular de que “no derramar lágrimas en un funeral es símbolo de fortaleza”, el enfoque de la Torá es muy distinto, llorar en su momento, es apropiado y digno de alabanza. Así, al tratar de consolar al doliente, para evitarle el llanto, es imprudente, pues estará conteniendo el proceso humano y natural del desahogo de la pena. Por tanto, lo mejor es esperar a que el tiempo efectúe su paciente reparación. Hoy es muy común encontrar personas que asisten a una casa donde se encuentran sentados los Abelim (dolientes) y existen preceptos para hacerlo en forma adecuada y según lo establecido en la Torá.[2]

 

Lo mejor que uno puede hacer por los dolientes es ofrecerles un silencio compasivo, ofreciendo solamente su presencia en señal de preocupación y empatía. Si él quiere hablar, lo escuchamos, y si no tiene humor para hacerlo, entonces solamente estamos allí para lo que se le ofrezca, guardando silencio, diciendo Tehilim, estudiando Torá en memoria del difunto, y no platicando en voz alta, y no se diga sonriendo y hablando de cosas triviales con otras personas mientras se encuentra dentro de la casa. Toda actitud, incluso la vestimenta deberá ser recatada, mostrando empatía por el sufrimiento de aquellos que están sufriendo.

 

A saber, la Halajá señala cinco periodos de duelo, y en cada una de estas etapas, las leyes son distintas e igual hay que acompañar y consolar a los dolientes, mostrando empatía y prudencia hacia ellos.

 

Aninút, es el período entre la muerte y el entierro, cuando la desesperación es más intensa. En este momento, quien está de duelo, está exento de todos los requerimientos religiosos (Mitzvot Asé) más importantes, en reconocimiento a su confusión mental.

 

Lamentación: Este período consiste en los primeros tres días que suceden al entierro, son días dedicados al llanto y el clamor. Es un tiempo en el cual el enlutado todavía está muy desalentado, y la herida está aún muy fresca, y es por eso que es todavía muy temprano para consolarlo. Durante este tiempo el enlutado permanece en su casa, expresando su dolor vistiendo ropas rasgadas, sentándose en un lugar bajo, usando sandalias, absteniéndose de rasurarse, no arreglándose y recitando el Kadísh.

 

 La Shivá: Esta etapa cubre los siete días que suceden al entierro, e incluyen el período de tres días de lamentación. Durante este tiempo, el enlutado sale de una fase de intenso dolor y empieza una etapa en la cual su estado de ánimo está ya preparado para hablar de su pérdida y aceptar el consuelo de sus familiares y vecinos. El propósito fundamental de la condolencia durante la Shivá es aliviar al enlutado de su intolerable carga de intensa soledad. En ningún otro momento de su vida, el ser humano necesita tanta compañía como en este período.

 

Los Sheloshim: Este período consiste en los treinta días (incluyendo los 7 días de Shivá) posteriores al entierro. El enlutado está obligado a salir de su casa después de la Shivá reincorporándose lentamente a la sociedad, pero siempre recordando que no ha pasado suficiente tiempo como para llevar una vida social absolutamente normal y plena.

 

El Año de Duelo: Después de los Sheloshim, comienza la quinta etapa: el período de 12 meses desde el día del entierro para los hijos. En esta etapa las cosas comienzan a regresar a la normalidad y el trabajo a su rutina, pero los sentimientos internos del enlutado siguen estando heridos por la ruptura de la relación con el ser querido. Durante este período de los doce meses el enlutado tiene que recitar el Kadish además que tiene prohibido participar de fiestas, tanto públicas como privadas. Su participación en estas reuniones simplemente no es congruente con la depresión y la tristeza que el enlutado siente durante este año.

 

Un ejemplo del tacto con el que debemos tratar con las personas que han sufrido la pérdida de un ser querido, es el que nos legó Rab Matitiau Sálomon, Mashgiaj Rujaní (decano) del Beth Midrash Govoha, una de las Yeshivot más grandes del mundo, ubicada en Lakewood, Nueva Jersey, Estados Unidos. Relató Aharón Kotler (el tesorero de la institución) que en una ocasión lo acompañó a consolar a una familia que había perdido al progenitor. El Rab disertó unas palabras de Torá para la elevación del alma del difunto, al terminar se despidió de ellos y antes de salir, su acompañante señaló a un pequeño niño, y le dijo que era el menor de los deudos. Rab Sálomon regresó, se sentó a su lado y comenzó a charlar con él. Le preguntó su edad y le dijo: “Tengo que platicarte que yo también perdí a mi padre a la misma edad que tú. Me sentía muy solo y pensé que podría haber otros niños que pudieran sentirse como yo, y entonces se me ocurrió formar un club de niños que perdieron a su papá. Tengo que decirte que es un club muy exclusivo, donde la única condición es que si algún día, cualquiera de nosotros se siente triste o solo, tiene que llamar y el otro tiene que responder al momento, no importa si estas jugando o estás rezando, a cualquier hora y en todo momento nos tenemos que apoyar, ¿quieres ser miembro? El niño aceptó y todos los que se encontraban cerca lloraron. Dicen que Rab Sálomon lo hizo así con varios niños, constantemente les enviaba dulces y regalos para que lo tuvieran siempre presente. Varios de esos niños crecieron y dijeron: “sentí como si mi padre aún viviera”. © Musarito semanal.    by Elias E. Askenazi

 

 

“Si ves a alguien que necesita algo...haz algo. En el judaísmo eres: o parte de su problema o parte de su solución, no cierres los ojos”.

 

 

 

 

 

 

 

[1] Rabí Obadiá de Bartenura. Ver Yeshayá 22:4 y Ejá Rabatí; Petijá 24.

 

[2] Ver Shulján Aruj, Yoré Deá; Hiljot Abelut.

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

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